lunes, 14 de noviembre de 2005

Identidad y Poesía

Una vez le preguntaron a un eminente profesor de literatura para qué servía la poesía si, al final, son solo palabras al aire. Y él contestó, “para enamorarnos”. Simplemente eso, enamorarnos de la vida, disfrutar del mundo de las palabras. Pero hay algo más en eso. Lo que somos lo somos porque lo decimos o, de otra manera, lo que decimos es lo que somos. Me explico. No es que haya algo llamado lenguaje que está fuera de nosotros y lo vamos aprendiendo y después lo usamos para expresarnos, no, no es así. Somos lo que decimos. Si estás siempre hablando desde la pena, tú eres esa pena. Si desde la alegría, somos esa alegría. Te has fijado que en muchas ocasiones nos acercamos -o arrancamos- de las personas según si manera de hablar o escuchar. La poesía es como la música que llevamos dentro, somos nuestra poesía. Te invito a explorar tu ánimo a través de un portal de poesía que muestra diferentes formas de ser, te invito a leerlo y comentar. Cuando te sientas identificado con alguno, ¡ojo!, allí está tu música interior, la forma en que ves la vida, que es tuya y, por ser tuya, la puedes cambiar, transformar, desarrollar o, simplemente, disfrutar.

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