martes, 21 de febrero de 2012

Zendo en Tunquén


Después de unos días de visitar el Zendo de Tunquén, dirigido por Jikusán, vuelvo a Santiago. La sensación de retornar al mundo de las formas, luego de un retiro de intensa meditación personal, me muestra la realidad más concreta y presente que nunca y, a la vez, me doy cuenta de la fugacidad de todo. No soy todo este ruido interno que tengo. No soy todos estos pensamientos que me atrapan. No soy esa multitud de emociones y pasiones que están todo el tiempo reclamando mi atención. Soy apenas un instante, la única certeza es este instante en que escribo una palabra, pero eso deja de existir de inmediato, soy un fluidez temporal que aparece brevemente cuando dejo caer la mente y el cuerpo. Soy un fantasma que conversa con otros fantasmas.