
Tuve la suerte de conocer
Punta Choros, una caleta de pescadores situada a unos 100 kms de La Serena, con playas no invadidas por hordas de veraneantes con motos de agua, basura y bocinazos. Descubrir este lugar me recordó otro hallazgo, otra playa de hace más de treinta años, también solitaria, silvestre, limpia y casi virgen, El Canelo que, hoy por hoy, es prácticamente inhabitable. Ojalá Punta de Choros no sea invadida por nuestro hábito depredador. Quizás deberíamos mantener el secreto.