Todos tenemos miedo, el que sea, cualquiera, pero lo tenemos. Los relatos de terror nos ayudan a ir reconociendo nuestros miedos, explorar aquello a lo que tememos. Pueden ser las fobias a cosas elementales, insectos, plumas, sustancias repulsivas, o también a sufrir daño corporal, como mutilaciones o heridas brutales. Contemplar ese horror nos puede ser repulsivo y, a la vez, atractivo. Por otra parte podemos tener horror a enfrentar una muerte dolorosa o repugnante, tanto la propia como la de otros, en particular, la de nuestros familiares o amigos, quienes pueden ser víctimas, además, de terribles mutaciones. Por último, existe el temor a perder nuestra alma a manos de alguna entidad maligna y vagar eternamente en la condenación final. Todos estos temores son desarrollados, con ejemplar maestría, por los más importantes autores del género en la colección Los Mejores Relatos de Terror (o Cuentos de Terror, publicados en Alfaguara) que te presento aquí:
“El Extraño caso del señor Valdemar” de E. A. Poe
“Un Habitante de Carcosa” de Ambroise Bierce
“La Verdad acerca de Pyecraft” de H. G. Wells
“El Almohadón de Plumas” de Horacio Quiroga
6 comentarios:
más cuentos de miedo
pero más miedo
estos fueron como muy mulitas
:)
Hola POntius, yo me inscribo con Quiroga, creo que apela a miedos mucho más profundos y menos efectistas que los de la ficción, esos miedos que aunque tengan explicación...nos matan en el camino de entenderlos. Felicitaciones por tu blog. De blog a blog, ja.
Hola Cristiano, ¿estás de cumpleaños por estos días? Un saludo extra. Me gustó lo que dices sobre el "oficio" a propósito de El Perfume. Sólo conozco el libro, de alguna manera también es una reescritura del mito de Pigmalion, el artista que se enamora de su obra, una vez creada. Este se enamora de la idea de crearla.
¿Cristián me puedes decir si este libro es para niñas de séptimo básico?
Sí, puede ser para séptimo, porque niños de 8° lo encontraron no tan fuerte. Parece que la sensibilidad de los niños de hoy es mucho más exigente en este plano que los niños, como yo, de hace 35 años.
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