Todos tenemos miedo, el que sea, cualquiera, pero lo tenemos. Los relatos de terror nos ayudan a ir reconociendo nuestros miedos, explorar aquello a lo que tememos. Pueden ser las fobias a cosas elementales, insectos, plumas, sustancias repulsivas, o también a sufrir daño corporal, como mutilaciones o heridas brutales. Contemplar ese horror nos puede ser repulsivo y, a la vez, atractivo. Por otra parte podemos tener horror a enfrentar una muerte dolorosa o repugnante, tanto la propia como la de otros, en particular, la de nuestros familiares o amigos, quienes pueden ser víctimas, además, de terribles mutaciones. Por último, existe el temor a perder nuestra alma a manos de alguna entidad maligna y vagar eternamente en la condenación final. Todos estos temores son desarrollados, con ejemplar maestría, por los más importantes autores del género en la colección Los Mejores Relatos de Terror (o Cuentos de Terror, publicados en Alfaguara) que te presento aquí:
“El Extraño caso del señor Valdemar” de E. A. Poe
“Un Habitante de Carcosa” de Ambroise Bierce
“La Verdad acerca de Pyecraft” de H. G. Wells
“El Almohadón de Plumas” de Horacio Quiroga