martes, 21 de febrero de 2012

Zendo en Tunquén


Después de unos días de visitar el Zendo de Tunquén, dirigido por Jikusán, vuelvo a Santiago. La sensación de retornar al mundo de las formas, luego de un retiro de intensa meditación personal, me muestra la realidad más concreta y presente que nunca y, a la vez, me doy cuenta de la fugacidad de todo. No soy todo este ruido interno que tengo. No soy todos estos pensamientos que me atrapan. No soy esa multitud de emociones y pasiones que están todo el tiempo reclamando mi atención. Soy apenas un instante, la única certeza es este instante en que escribo una palabra, pero eso deja de existir de inmediato, soy un fluidez temporal que aparece brevemente cuando dejo caer la mente y el cuerpo. Soy un fantasma que conversa con otros fantasmas.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Cuentos de todas partes










Estimados y estimadas:

Les entrego los links para las lecturas del mes, a evaluarse todos los lunes:

1.- Nicolás Gogol. El Abrigo (o El Capote)
2.- William Jacobs. La Pata de Mono.
3.- Mario Vargas Llosa. Día Domingo.
4.- Gabriel García Márquez. Un señor muy viejo con unas alas enormes.
5.- Horacio Quiroga. Juan Darién.

Un abrazo y espero que les agrade esta selección de cuentos.

lunes, 17 de agosto de 2009

El Ensayo o la invención de la verdad


"Lo fundamental que debe aprender una persona es el arte de vivir, lo cual se desarrolla por medio de la conversación, los viajes y la observación. La lectura, por su parte, debe servir para aprender a hacer juicios e inventar el mundo". Esto que parece tan novedoso lo dijo, hace más de 400 años, el creador del género literario ensayo, el ilustre Michel de Montaigne.

El ensayo tiene como propósito central compartir ideas. Se relaciona con el periodismo por su interés en divulgar opiniones, con la literatura por su calidad estética y con la ciencia por su exploración de la verdad, pero dicha exploración es creativa y fundadora de nuevas posibilidades de comprender los más variados temas.

El estilo ensayístico se caracteriza por las divagaciones, las reflexiones y las críticas. Su escritura supone largas horas de meditación, durante las cuales el autor está dispuesto a la exploración, con audacia y originalidad, siendo una verdadera aventura del pensamiento.
Para redactar un ensayo, señala el profesor Milton Merino de la Universidad Mayor, ya sea literario o científico, es conveniente que cuente con tres partes importantes en su estructura: la introducción, el desarrollo y la conclusión.
En la introducción, se plantea el problema y la tesis que se ha de defender en el desarrollo.
En la segunda parte, en el desarrollo, se presenta la defensa de la tesis a través del análisis de los juicios que giran entorno a las posturas que tiende a defender la tesis.
En la última parte, la conclusión, se estructura a través del retorno a la primera parte, el planteamiento del problema, con la finalidad de resaltar la importancia de los hechos que validaron la hipótesis, para finalmente atar cabos y dar una respuesta a las interrogantes planteadas.
En general, ambos tipos de ensayo no tienen un modelo riguroso que determine reglas de organización (incluso introducción, desarrollo y conclusión se pueden alterar en el orden). De hecho, el ensayo tiene a su vez algo de ciencia y algo de literatura. Asimismo, la exposición del ensayo debe de ser clara y sistemática, pero por otro lado, debe de ser bella. La belleza se centrará en la forma en que el ensayista comunica de manera sencilla y con vocablos adecuados tanto el planteamiento, como la defensa de la tesis.
Finalmente, es aconsejable que el ensayo posea un título que refleje el contenido del ensayo de manera original, para poder captar la atención del receptor.
En la red puedes encontrar cómo hacer trabajos científicos o cómo hacer ensayos de alto nivel.

sábado, 3 de enero de 2009

Teun van Dijk: Análisis crítico del discurso

El 16 de diciembre, en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U. de Chile, tuve la oportunidad de participar en un taller de Análisis crítico del Discurso, dirigido por el profesor doctor Teun van Dijk.
La idea del taller consistía en conversar acerca del discurso y la sociedad. Básicamente, el análisis crítico del discurso no es un método, más bien se trata de un movimiento social de personas preocupadas de temas sociopolíticos, que buscan mirar la manipulación del discurso, observando la producción y reproducción del poder a través del lenguaje.
Por ejemplo, la práctica lingüística de llamar a alguien “rebelde” o “terrorista”, implica una variación que se puede interpretar como un abuso, revelándose una forma de discriminación y la evidencia de una ideología detrás de las palabras.
Los medios de comunicación, en gran parte, eluden temas como el racismo, la pobreza y la discriminación o, también, se les disfraza de rareza, de objetos de lástima, de amenazas a la vida, etc. Es fundamental, entonces, ver si los discursos funcionan a favor de la dominación o de la resistencia y esa es, por otra parte, una decisión central para quienes participan en la comunicación.
Los creadores de discursos (periodistas, escritores, políticos, agentes sociales) deben tener la lucidez necesaria para distinguir el rumbo de su participación discursiva. Por supuesto, quienes interpretan los discursos precisan de claridad frente a lo que reciben. Otro aspecto del análisis es ver cómo viven la comunicación los participantes.
El analista debe fijar sus prioridades de estudio, su método surgirá de las preocupaciones y preguntas que tenga. Para Van Dijk, los principales temas son el racismo y la discriminación, nunca bien cubiertos en los medios, ni siquiera por quienes pertenecen a las élites simbólicas.
En el caso de los profesores, vale hacerse la pregunta acerca del discurso pedagógico, tanto en las salas de clases, como en los textos y otros espacios sociales: ¿son ellos agentes de cambios sociales o reproductores del sistema de poder? ¿Cuáles son las prácticas discursivas de los maestros, sus metáforas, argumentaciones, falacias, formas de pronominalización, sus presuposiciones? ¿En qué contextos ejercen su discursividad? ¿Cómo crean ese mismo contexto a través del discurso?
Sin ir más lejos, el currículum y los textos que lo acompañan son los únicos textos obligatorios en nuestra sociedad, ¿cómo manejan los profesores esos “textos obligatorios”? ¿Existe un análisis crítico del discurso pedagógico y sus textos, sus ideologías y su relación con el conocimiento? ¿Ejercen los profesores una manipulación de los alumnos? ¿Es necesario crear nuevos textos de estudio?
Todas estas preguntas quedaron abiertas en nuestra conversación con el profesor Van Dijk, dejándonos un tremendo desafío como estudiantes y educadores.

lunes, 13 de octubre de 2008

Poe, maestro del horror


Para los alumnos de II°, aquí van los cuentos de Edgar Allan Poe que leeremos este mes. "Los crímenes de la calle Morgue", aparece cuando pinchas encima y "El gato negro", "La máscara de la muerte roja", "Manuscrito encontrado en una botella", "La barrica de amontillado", "El Entierro prematuro", "Corazón delator" y "El retrato oval" están aquí. Los cuentos que faltan están siguiendo los links, pinchando sobre el nombre, o sea, "La carta robada" y "El pozo y el péndulo". Mucho susto.

miércoles, 15 de agosto de 2007

Los Mejores Cuentos de Terror

Todos tenemos miedo, el que sea, cualquiera, pero lo tenemos. Los relatos de terror nos ayudan a ir reconociendo nuestros miedos, explorar aquello a lo que tememos. Pueden ser las fobias a cosas elementales, insectos, plumas, sustancias repulsivas, o también a sufrir daño corporal, como mutilaciones o heridas brutales. Contemplar ese horror nos puede ser repulsivo y, a la vez, atractivo. Por otra parte podemos tener horror a enfrentar una muerte dolorosa o repugnante, tanto la propia como la de otros, en particular, la de nuestros familiares o amigos, quienes pueden ser víctimas, además, de terribles mutaciones. Por último, existe el temor a perder nuestra alma a manos de alguna entidad maligna y vagar eternamente en la condenación final. Todos estos temores son desarrollados, con ejemplar maestría, por los más importantes autores del género en la colección Los Mejores Relatos de Terror (o Cuentos de Terror, publicados en Alfaguara) que te presento aquí:


“El Extraño caso del señor Valdemar” de E. A. Poe

“La Muerte Enamorada” de Théophile Gautier

“Un Habitante de Carcosa” de Ambroise Bierce

“La Pata de Mono” de W.W. Jacobs

“La Verdad acerca de Pyecraft” de H. G. Wells

“Vinum Sabbati” de Arthur Machen

“El Almohadón de Plumas” de Horacio Quiroga

“La Decisión de Randolph Carter” de H. P. Lovecraft

jueves, 19 de julio de 2007

El artista como asesino



“El Perfume” de Patrick Süskind se puede interpretar también como la metáfora del artista. Descubrir el propio talento, único y aterrador. La necesidad de sobrevivir al uso social que exige la obediencia al sistema. De pronto, la certeza de que, sin disciplina, no hay ninguna oportunidad de desarrollar el propio arte. Estas son algunas de las fases que podemos distinguir en el nacimiento y formación del artista. Y entonces aparece la obsesión por lograr la obra perfecta o, al menos, llegar hasta el límite, ese límite siempre móvil, más allá de todas las convenciones, más allá de nuestra ética de buenos ciudadanos. ¿Y si la creación máxima demanda inmolaciones? ¿sacrificios humanos? Así el artista se convierte en asesino, en el asaltante cósmico. Sin importar el precio, la obra debe constituirse, debe llegar a ser y, si es preciso, la firma será con sangre, la propia, la de otros. Las preguntas son antiguas: ¿la obra de arte debe obedecer a ciertos imperativos éticos? ¿Hay ciertos límites imposibles de traspasar? Preguntas que contestar y compartir, como una manera de explorar lo que somos.