El 16 de diciembre, en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U. de Chile, tuve la oportunidad de participar en un taller de Análisis crítico del Discurso, dirigido por el profesor doctor
Teun van Dijk.
La idea del taller consistía en conversar acerca del
discurso y la sociedad. Básicamente, el análisis crítico del discurso no es un método, más bien se trata de un movimiento social de personas preocupadas de temas sociopolíticos, que buscan mirar la manipulación del discurso, observando la producción y reproducción del poder a través del lenguaje.
Por ejemplo, la práctica lingüística de llamar a alguien “rebelde” o “terrorista”, implica una variación que se puede interpretar como un abuso, revelándose una forma de discriminación y la evidencia de una ideología detrás de las palabras.
Los medios de comunicación, en gran parte, eluden temas como el racismo, la pobreza y la discriminación o, también, se les disfraza de rareza, de objetos de lástima, de amenazas a la vida, etc. Es fundamental, entonces, ver si los discursos funcionan a favor de la dominación o de la resistencia y esa es, por otra parte, una decisión central para quienes participan en la comunicación.
Los creadores de discursos (periodistas, escritores, políticos, agentes sociales) deben tener la lucidez necesaria para distinguir el rumbo de su participación discursiva. Por supuesto, quienes interpretan los discursos precisan de claridad frente a lo que reciben. Otro aspecto del análisis es ver cómo viven la comunicación los participantes.
El analista debe fijar sus prioridades de estudio, su método surgirá de las preocupaciones y preguntas que tenga. Para Van Dijk, los principales temas son el racismo y la discriminación, nunca bien cubiertos en los medios, ni siquiera por quienes pertenecen a las élites simbólicas.
En el caso de los profesores, vale hacerse la pregunta acerca del discurso pedagógico, tanto en las salas de clases, como en los textos y otros espacios sociales: ¿son ellos agentes de cambios sociales o reproductores del sistema de poder? ¿Cuáles son las prácticas discursivas de los maestros, sus metáforas, argumentaciones, falacias, formas de pronominalización, sus presuposiciones? ¿En qué contextos ejercen su discursividad? ¿Cómo crean ese mismo contexto a través del discurso?
Sin ir más lejos, el currículum y los textos que lo acompañan son los únicos textos obligatorios en nuestra sociedad, ¿cómo manejan los profesores esos “textos obligatorios”? ¿Existe un análisis crítico del discurso pedagógico y sus textos, sus ideologías y su relación con el conocimiento? ¿Ejercen los profesores una manipulación de los alumnos? ¿Es necesario crear nuevos textos de estudio?
Todas estas preguntas quedaron abiertas en nuestra conversación con el profesor Van Dijk, dejándonos un tremendo desafío como estudiantes y educadores.